Llegamos a Roma 51 turistas de América en enero de 1999, hacía mucho frío y conseguimos con un guía español que nos organizara la visita al Vaticano. Llegamos y habían miles de personas que hacían colas para comprar entradas para visitar los museos. No permitían tomar fotos ni filmar videos. Era todo tan hermoso, algo maravilloso. Un cura sirvió de guía, el explicaba todo.
Lo más impresionante fue la escultura de mármol La Piedad de Miguel Angel, uno experimenta un mundo de sentimientos al verla, alguna gente lloraba y no sabían que les pasaba,es muy bella la escultura. .
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